La volumetría es uno de los factores determinantes en el desarrollo del proyecto. La definición de un
“contenedor” de gran escala en el que se alojen los “paquetes funcionales” de las viviendas es
fundamental de cara a la inserción en el paisaje urbano al que se enfrenta la edificación, el gran vacío
de las vías del ferrocarril de la Estación de Atocha.
Exteriormente, el contenedor queda definido por paneles prefabricados de hormigón tratados con óxidos que
oscurece su tonalidad. Las fachadas de las viviendas insertadas en su interior son de paneles de
hormigón prefabricado, tratado al ácido con coloración a elegir por la dirección facultativa, en todos
los cuerpos excepto en el núcleo de comunicación de los dúplex, acabados con chapa perforada. Los
paneles de hormigón y las ventanas de aluminio tienen una marcada proporción vertical que responden a un
módulo de 3 x 1 metro, componiendo todas las fachadas con esta modulación.
Para romper la monotonía, y conseguir un efecto de “vibración” en los paños, se varía en determinados
puntos la alineación vertical de los mismos.
Cada uno de los bloques responde con un tipo de vivienda diferenciado en función de la orientación.
En el cuerpo situado en la fachada Sur, se abre un hueco en las tres primeras plantas para permitir el
acceso peatonal al patio de manzana. Las viviendas de esta pieza responden a la orientación N-S
ofreciendo la galería de acceso a las viviendas a la fachada norte. La galería queda protegida
parcialmente por paneles de hormigón prefabricado en su fachada exterior y por paneles ligeros tipo
“Naturvex” en su interior.
El cuerpo de orientación Este-Oeste, responde a la orientación con tipos de dos, tres y cuatro
dormitorios ordenados en franjas paralelas: al Este, hacia el patio de manzana interior, los salones y
cocinas, en el centro los baños y aseos, y en el Oeste los dormitorios.
La configuración en L de la edificación permite la creación de un patio interior de manzana, de uso
privativo para la comunidad, abierto hacia la calle Méndez Álvaro.